Médicos y científicos de Latinoamérica consideran que la recién sancionada ley 315 que prohíbe el uso, importación y comercialización de sistemas electrónicos de administración de nicotina, priva a los fumadores de la posibilidad de usar alternativas de menor riesgo y abandonar así el hábito de fumar.
Los especialistas que forman parte de la Red Latinoamericana por la Reducción de Daños Asociados al Tabaquismo (RELDAT), sostienen que la prohibición ignora la experiencia internacional que ha visto reducir de manera sustancial las tasas de tabaquismo en países como Gran Bretaña, Japón y Nueva Zelanda.
En Japón, las ventas de cigarrillos cayeron más de un 42% desde 2015. En Nueva Zelanda y Gran Bretaña, en las páginas web de los Ministerios de Salud, se insta a los fumadores a cambiar a productos sin combustión. En Estados Unidos los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado son legales, y deben pasar por controles rigurosos.
Frente a ello, la RELDAT insta a las autoridades de Salud a reconsiderar la medida e impulsar un debate basado en la evidencia científica y en la experiencia internacional para proteger la salud de los panameños.
La organización que tiene como objetivo explicar y desarrollar los beneficios y el potencial de las estrategias de reducción de daños como herramienta efectiva en la lucha contra la enfermedad y muerte derivadas del tabaquismo, añade que una política de reducción de daños asociados al tabaquismo ayudaría a los ciudadanos que no pueden o no quieren dejar de fumar a reducir la exposición a los compuestos tóxicos del humo del tabaco. La manera más efectiva de lograr esto es cambiar a productos sin combustión.
Reducción de daños por tabaquismo
En ese sentido, detallan que la ciencia ha establecido sobradamente que la nicotina no es la causa del cáncer ni de otras graves enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Estas enfermedades son causadas por la inhalación del humo resultante de la combustión de los cigarrillos (más de 7000 sustancias entre las que se incluyen alquitrán, multitud de tóxicos y monóxido de carbono).
Agregan que, de acuerdo con el Colegio Real de Médicos de Londres, el daño a la salud que proviene de inhalar a largo plazo el vapor de los cigarrillos electrónicos disponibles hoy en día es probable que no exceda el 5% del daño originado por fumar cigarrillos.
En una revisión del 2021, quince expresidentes de la Asociación para la Investigación en Nicotina y Tabaco (SNRT) resumieron la evidencia indicando que vapear es mucho más seguro que fumar.
Es difícil, por tanto, encontrar una justificación científica para aplicar regulaciones iguales o más restrictivas a estos productos que al propio tabaco combustible, impidiendo que los fumadores accedan a productos con un perfil de riesgo inferior. Esto es precisamente lo que hace la ley 315.
¿Por qué no usar la experiencia internacional para ayudar a los 238.000 fumadores que hoy existen en Panamá, y que con esta ley están siendo privados de disponer en su propio país de alternativas de menor riesgo que les permitan abandonar el tabaquismo? La prohibición de estas alternativas, lejos de cuidar la salud de la población, tendrá el efecto indeseado de proteger la venta y el consumo de cigarrillos.
Es por todo lo anterior, y ante la enorme cantidad de evidencia científica disponible RELDAT insta a las autoridades de salud de Panamá a lanzar un debate público, objetivo y transparente sobre la legislación de estos productos por los siguientes motivos: falta de evidencia científica que sustente la prohibición de las alternativas sin combustión, riesgo incrementado de un mercado negro que pueda introducir productos de baja calidad y nulo control de calidad poniendo en peligro a la sociedad, riesgo de generar una continuidad en las tasas de tabaquismo panameñas.
En su calidad de profesionales de la salud señalan diversas acciones que pueden contribuir a una revisión de la legislación panameña: evaluar independiente y científicamente el potencial de los productos alternativos de suministro de nicotina en la reducción de las tasas de tabaquismo, buscando un trato diferente al cigarrillo y a la picadura de tabaco. De esta manera, se dará una investigación independiente, pública y abierta sobre el potencial de los productos alternativos de suministro de nicotina y las contribuciones de las políticas de reducción de daño a las estrategias de Salud Pública de Panamá.
Así como garantizar el acceso de fumadores adultos a los productos alternativos de suministro de nicotina de manera que puedan abandonar el hábito de fumar por un producto probadamente con un perfil de riesgo menor.