Radiografía de un ciberataque: cómo operan los atacantes

La ciberdelincuencia dejó de ser un riesgo abstracto y hoy afecta a empresas de todos los tamaños. Solo en la primera mitad del año, Panamá registró 2.4 mil millones de intentos de ciberataques, según FortiGuard Labs, posicionándose como el tercer país más atacado de la región. Estas cifras evidencian una evolución del crimen digital y permiten entender cómo piensa y actúa un atacante desde el momento en que elige a su próxima víctima.

Cómo inicia un ataque: la infiltración silenciosa

Antes de actuar, un ciberdelincuente observa. Dedica tiempo a identificar vulnerabilidades, servicios expuestos y credenciales robadas disponibles en mercados ilícitos. El phishing sigue siendo su herramienta principal, aprovechando la confianza humana para entrar sin levantar sospechas.

Cuando encuentra una falla, ya sea en aplicaciones web, VPNs o dispositivos conectados, lanza ataques automatizados apenas horas después de que una vulnerabilidad se hace pública. Una vez dentro, evita hacer ruido: utiliza herramientas legítimas del sistema, roba contraseñas directamente de los equipos y se mueve dentro de la red como si fuera un usuario autorizado. Puede permanecer semanas sin ser detectado mientras localiza información valiosa.

Qué buscan y cómo protegerse

El objetivo varía según el tipo de atacante: algunos buscan credenciales para fraudes, otros datos críticos para extorsión mediante ransomware, y los más sofisticados persiguen metadatos internos que les permiten planificar ataques más profundos. Cuando extraen información, lo hacen lentamente y de forma cifrada, mezclando la actividad con el tráfico normal para no ser detectados.

Aunque los ataques están diseñados para ser invisibles, existen señales de alerta como accesos inusuales, escaneos internos, lentitud inesperada o archivos que desaparecen. Ante cualquier indicio, la respuesta debe ser inmediata: detectar, contener, erradicar la amenaza y recuperar las operaciones de manera segura.

La mejor defensa es una arquitectura de seguridad integrada, donde todos los sistemas se comuniquen entre sí para identificar comportamientos anómalos antes de que el atacante avance. Fortinet recomienda que las organizaciones trabajen con especialistas en ciberseguridad para diseñar plataformas robustas capaces de anticiparse a las amenazas y no solo reaccionar a ellas.