La consultora estratégica McKinsey & Company ha publicado el innovador estudio Mobility Consumer Pulse 2024 que revela las últimas tendencias en la movilidad, entrevistando a más de 36 mil conductores de América, Europa y Asia.
El McKinsey Mobility Consumer Pulse es un informe que proporciona una visión sobre las tendencias y comportamientos de los consumidores en relación con la movilidad, incluidos los vehículos eléctricos, la tecnología en automóviles y la infraestructura de carga. Analiza cómo estos factores influyen en las decisiones de compra y adopción de diferentes tipos de vehículos.
El estudio mostró que la intención de compra global de vehículos eléctricos sigue en aumento, aunque a un ritmo más lento. Para febrero de este año, el 38% de los entrevistados indicó que su próximo vehículo sería eléctrico, mientras que, en diciembre de 2022, era el 37% y en 2021, 31%.
Aquellos con la voluntad de adquirir autos eléctricos son más jóvenes (42 años en promedio), con ingresos familiares altos (rondan los $ 6,000 dólares mensuales), residentes en áreas urbanas (85%), amantes de la tecnología (68%) y que tienen la facilidad de recargar en sus casas (84%).
Aun así, al poner la lupa en la modalidad de conducción autónoma el número de compradores baja a 21% y un 48% dijo que lo consideraría, pero que no es un factor decisivo a la hora de adquirir un carro. Entre las razones que los detiene se encuentra; la seguridad, un 53% señala que se deben aumentar las medidas de seguridad, 35% señala el mejoramiento de la infraestructura vial y un 33% espera más regulaciones en la materia.
Desafíos y resistencia al cambio
A pesar de que la tendencia muestra una progresiva penetración de los vehículos eléctricos en los diferentes mercados, no todos los compradores están abiertos a esta opción. De acuerdo con el estudio de McKinsey, el 21% aseguró que no desea cambiar a vehículos eléctricos. La principal razón que enumeran es que los consideran muy costosos (45%). Además, les preocupa la posibilidad de recargar energía (33%) y la autonomía de conducción (29%).
Esto se refuerza cuando uno de cada 4 de quienes dudan de los vehículos eléctricos expresa preocupaciones sobre la infraestructura de carga en sus ciudades, por lo que los descarta como una opción.
El estudio reveló que la disponibilidad de recarga se ha convertido en una real preocupación tanto para los potenciales compradores como para quienes ya tienen vehículos eléctricos.
Al 29% de los dueños de autos eléctricos les gustaría regresar a los autos de combustibles, principalmente porque encuentran dificultades para recargar. De este grupo, 35% manifestó que la infraestructura de carga pública aún no es lo suficientemente buena para ellos, 34% consideró muy altos los costos de mantenimiento y para un 32%, los patrones de conducción en viajes de larga distancia se ven demasiado afectados.
Aun así, la investigación de McKinsey destacó que los compradores de vehículos eléctricos consideran la tecnología en el automóvil más importante que el comprador promedio de automóviles. Sin embargo, todos los compradores (eléctricos o tradicionales) tienen los mismos tres factores a la hora de escoger un auto: eficiencia/ consumo (100%), rendimiento de conducción y el manejo (99%) y precio (96%).
Otras alternativas de movilidad
Uno de los hallazgos del estudio McKinsey Mobility Consumer Pulse 2024, es que 29% de los encuestados quisieran reemplazar completamente su vehículo con otras formas de transporte masivo en los próximos 10 años, como sistemas de metro y autobuses.
Las principales razones para esta respuesta tienen que ver con el alto costo de los autos y su mantenimiento (30%), llevar una vida más sustentable (29%) y el cambio al teletrabajo (24%).
La elección de los sistemas de transporte público desempeña un papel fundamental en el panorama de la movilidad urbana del futuro. Este es un factor crucial que empresas y gobiernos pueden considerar al invertir en proyectos viales y de movilidad, con el fin de tener ciudades más eficientes y conectadas.