Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), que hacen referencia a los trastornos que presentan inflamación crónica del tracto digestivo afectan a más de 6,8 millones de personas en todo el mundo, y a pesar de que no se cuentan con datos actualizados para Centroamérica, se observa un patrón general de aumento en la incidencia y prevalencia de la enfermedad.
Dentro de este grupo se encuentran la Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis Ulcerosa (CU), enfermedades inmunomediadas, crónicas, sistémicas y, a menudo debilitantes.
Mayo Morado: Conmemoración del mes de acción de las enfermedades intestinales
En el marco del mes de la concientización de las enfermedades intestinales, se hace fundamental hablar de la necesidad insatisfecha que tienen los pacientes en los países de Centroamérica para el correcto manejo de su enfermedad.
A pesar de la disponibilidad actual de terapias inmunomoduladoras que permiten controlar los síntomas, alcanzar la ausencia de signos de inflamación activa en el intestino e incidir en la calidad de vida de los pacientes, una proporción sustancial tienen un control subóptimo de la enfermedad, presentando síntomas como diarrea crónica, dolor abdominal, sangrado rectal y fatiga.1 En la enfermedad de Crohn, más de la mitad de los pacientes no logran un control óptimo de la enfermedad (53%), mientras que, en la colitis ulcerosa, el 41% están bajo un control subóptimo de la enfermedad2.
Según el Doctor Iván Carlo Ramos, gastroenterólogo, “la evolución de la enfermedad y la inflamación prolongada puede provocar daños permanentes en el tracto gastrointestinal y refractariedad a terapias avanzadas, por lo tanto, lograr un control completo y temprano con remisión clínica y endoscópica de la enfermedad es uno de los principales objetivos del tratamiento”.
El papel de las innovaciones en el tratamiento
En los últimos años, la ciencia y la innovación han avanzado hacia mecanismos de acción específicos y dirigidos. Uno de ellos es el inhibidor de IL-23, que representa una nueva opción de tratamiento para los pacientes con Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn, generando alternativas para que los pacientes sigan su vida sin pausa, controlen los síntomas y retomen su calidad de vida.
En los países de América Latina, las Enfermedades Inflamatorias Intestinales han mostrado un crecimiento constante, a pesar de la escasez de datos sistematizados sobre su prevalencia real. Para el doctor Iván Carlo Ramos “el panorama en Panamá es complicado y atender la necesidad médica insatisfecha se convierte en una prioridad”.