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La Melodía de Alexander: Un Viaje de música, emprendimiento y política

En el barrio de Parque Lefevre, en la ciudad de Panamá, creció un niño llamado Alexander. Desde temprana edad, Alexander demostró un talento innato para la música. Su madre, una chef y teóloga, y su padre, un agente federal de los Estados Unidos, lo criaron con amor y dedicación, llenando su hogar con los sonidos de la fe y la armonía.

Pero la vida de Alexander no estuvo exenta de desafíos y nos contó en exclusiva su recorrido hasta llegar a ser el cristiano, el músico y el empresario que disputará este 5 de mayo una de las curules del circuito 8-4 que compone los corregimiento de Río Abajo, San Francisco, Parque Lefevre, Juan Díaz y Don Bosco.

Alexander perdió a su padre a los 11 años, fue entonces cuando encontró consuelo en su fe en Dios, quien se convirtió en su padre celestial. Desde pequeño, Alexander estuvo fascinado por la música y se veía cantar en la iglesia a la cual su madre lo llevaba. Y fue ella precisamente como devota que escuchó un mensaje divino: «Alexander está destinado a ser músico», le dijo una voz suave, pero firme en su corazón.

Es así como en la secundaria a los 13 años, entró al colegio José Dolores Moscote, donde conoció al profesor Rafael Tejada, al cual describe como un hombre de carácter fuerte, pero con un corazón de oro. Se unió a la banda musical, donde encontró amigos leales y compartió momentos inolvidables.

Bajo la tutela del profesor Tejada, Alexander floreció como músico. Se convirtió en un talentoso saxofonista, cautivando a todos con su habilidad para expresar emociones a través de las notas musicales. Gracias a esto, tocaba en la iglesia a la cual pertenecía y fue invitado por congregaciones en el exterior lo que lo llevó a tocar en varios países de Latinoamérica y logró grabar un disco con muchas canciones dedicadas a Dios.

«La música siempre ha sido mi refugio, mi manera de expresar lo que siento en lo más profundo de mi corazón. Es un regalo que Dios me ha dado y que estoy comprometido a compartir con el mundo»,

A medida que maduraba, Alexander también se convirtió en un empresario exitoso, estableciendo negocios en Estados Unidos y Colombia. Sin olvidar jamás que su corazón siempre estuvo ligado a su pasión por la música y su deseo de servir a su comunidad.

Las vueltas que da la vida

Un día, mientras apoyaba a un amigo en su campaña política, Alexander se dio cuenta del poder transformador de la política para impactar positivamente en la vida de las personas. Impulsado por un sentido de propósito y servicio, decidió dar el salto hacia la política, con la esperanza de convertirse en un agente de cambio para su amada Panamá.

«Estoy emocionado por esta nueva etapa de mi vida. Mi amor por la música y mi fe en Dios siempre han sido pilares fundamentales en mi vida, y ahora, a través de la política, tengo la oportunidad de llevar esos valores a un nivel aún más profundo y significativo.», declaró Alexander a Eventos507.

Así, con su saxofón en una mano y su visión en la otra, Alexander Charles Zachariah se embarcó en una nueva aventura, decidido a escribir un nuevo capítulo en la historia de su país y en el corazón de su gente. Su compromiso con la música, la fe y el servicio se fusionaron en una única misión: servir a su comunidad con integridad y dedicación.

Y así, la historia de Alexander Charles Zachariah continúa, llena de música, fe y un compromiso inquebrantable con el servicio y la comunidad. Con cada paso que da en su viaje político, Alexander lleva consigo el espíritu de su familia, la determinación de sus sueños y la esperanza de un futuro más brillante para todos los panameños.