“El daño está en el humo, no en la nicotina”: expertos instan a la OMS a replantear su enfoque ante la COP11

Diversos especialistas en tabaquismo y salud pública hicieron un llamado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para revisar sus políticas sobre el consumo de nicotina, advirtiendo que el verdadero riesgo para la salud se encuentra en el humo del tabaco y no en la nicotina en sí. Esta postura busca abrir el debate de cara a la próxima Conferencia de las Partes (COP11) del Convenio Marco para el Control del Tabaco.

Los expertos señalaron que la estrategia actual de la OMS no distingue entre los productos que implican combustión, como los cigarrillos tradicionales, y aquellos que no generan humo. Según advierten, esta falta de diferenciación dificulta el avance de políticas de reducción de daño para los fumadores adultos que no logran dejar de consumir tabaco por completo.

«El daño está en el humo, no en la nicotina. Si un fumador deja de inhalar humo, su riesgo disminuye drásticamente», afirmó Clive Bates, consultor británico en políticas de control del tabaquismo, durante el 8º Congreso de Reducción de Daños del Tabaco, celebrado recientemente en Atenas.

Bates recordó que fumar provoca más de siete millones de muertes prematuras al año en todo el mundo, consolidando al tabaquismo como una de las principales amenazas de salud pública. En su opinión, el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS “se ha convertido en un esfuerzo antinicotina en lugar de un esfuerzo antitabaco”, desviándose del objetivo original de salvar vidas.

El pronunciamiento subraya que la combustión del tabaco libera sustancias tóxicas responsables de enfermedades graves, mientras que la nicotina, aunque adictiva, no es el principal factor de daño. Por ello, sostienen que alternativas sin humo podrían desempeñar un papel clave en la reducción del impacto sanitario del tabaquismo.

Bates y otros especialistas insistieron en que la regulación debe basarse en la evidencia científica disponible y no en enfoques que traten a todos los productos por igual. Ignorar esta realidad, advierten, significa desaprovechar herramientas que podrían salvar vidas, especialmente entre fumadores que no abandonan completamente el consumo.

«Tenemos que volver al objetivo inicial», enfatizó Bates. “La idea central es clara: transformar el consumo de nicotina de un comportamiento de alto riesgo a uno de bajo riesgo”. Además, enumeró cinco desviaciones que, según él, han distorsionado la estrategia actual: comparaciones de riesgo erróneas entre cigarrillos y productos novedosos; enfoque excesivo en la nicotina; atención casi exclusiva a los jóvenes; obsesión con la industria; y prohibiciones de alternativas menos dañinas.

Con este pronunciamiento, los expertos buscan que la OMS adopte un enfoque más pragmático y actualizado, donde las políticas de salud pública integren estrategias diferenciadas según el nivel de riesgo y no se limiten únicamente a la prohibición o a la abstinencia.