En medio de un panorama político marcado por la incertidumbre y la división de votos por los muchos oponentes, José Raúl Mulino se alza como el candidato que promete recuperar los bolsillos de los panameños y gana la presidencia de la República de Panamá. Con un 34,4 % de los votos, supera a sus rivales, incluyendo al reconocido Ricardo Lombana, quien se postulaba como el abanderado contra la corrupción.

La jornada electoral, con una participación histórica que no se veía desde los años 80 confirma la preferencia del pueblo panameño por Mulino, a pesar de que no se presentó a ningún debate presidencial, no tiene un vicepresidente, ni daba muchas declaraciones a los medios de comunicación.

Sin duda, la figura del exmandatario Ricardo Martinelli, bajo cuya sombra se ha desenvuelto Mulino, ha jugado un papel destacado. Desde la Embajada de Nicaragua el expresidente celebró la victoria de su designado.

Ahora, Mulino, con una larga trayectoria política y un pasado marcado por acusaciones de corrupción, promete retomar los buenos tiempos de la administración de Martinelli, destacando el crecimiento económico y la construcción del Metro hasta la provincia de Chiriquí.

No obstante, su ascenso al poder ha estado lleno de controversias, con decisiones judiciales de último momento y críticas por su cercanía con Martinelli. Ahora, como presidente electo, el desafío de José Raúl Mulino será demostrar su compromiso con el pueblo panameño y superar las sombras del pasado.