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Investigación revela que se necesita un diálogo inclusivo y compromiso para abordar las regulaciones sobre el tabaco y la nicotina

Más de 8 de cada 10 adultos en todo el mundo -82%- respaldan un enfoque equilibrado de la regulación del tabaco, que reúna todas las voces y fomente un progreso gradual en la reducción del daño.

Esta conclusión se desprende de una encuesta internacional realizada por la firma de investigación independiente Povaddo a más de 44 mil adultos en 22 países, en la que también se muestra un fuerte acuerdo entre los entrevistados -88%- en que, al tomar decisiones que afectan la vida de una parte importante de la población, los líderes deben escuchar y defender a las personas que representan.

Se revela, además, que, el 77% de los participantes en la medición está de acuerdo en que las perspectivas, a menudo ignoradas, de las personas más directamente afectadas deben ser incluidas en los debates sobre la regulación.

Mientras que, el 75% de los participantes en el sondeo está de acuerdo en que las expectativas sociales de abstinencia total de sustancias como la nicotina y el alcohol no son factibles, por lo que los gobiernos deberían tomar medidas para reducir el daño de su uso; y el 72% opina que sus gobiernos deben considerar el papel que pueden desempeñar los productos alternativos para lograr que sus países sean libres de humo. 

“Si queremos abordar los retos a los que nos enfrentamos como sociedad de una manera significativa y rápida, es necesario un enfoque más equilibrado e inclusivo”, dijo Gregoire Verdeaux, Vicepresidente Senior de Asuntos Externos de PMI. “Esto incluye decisiones de política que tengan en cuenta, en primer lugar, a las personas más afectadas –garantizando que se escuchen sus voces y se satisfagan sus necesidades– y, después, que se sienten a la mesa todas las partes relevantes, incluidos los expertos en la materia, las compañías privadas, los líderes de la sociedad civil y otras personas que puedan contribuir a resolver los problemas en cuestión”.

A pesar de que las sociedades están cada vez más polarizadas en todo el mundo, la encuesta encargada reveló un fuerte consenso en cuanto a que la búsqueda de un punto intermedio en cuestiones polémicas puede impulsar un cambio gradual de las políticas y permitir el progreso:

  • El 90% de los encuestados cree que, para resolver los desafíos sociales más apremiantes, los líderes deben tener en cuenta todas las perspectivas, incluso las que son contrarias a las suyas. 
  • El 88% dijo que sería más probable que votara por los líderes que escuchan todas las partes de un problema y adoptan enfoques sensatos que mejoran la vida de la gente común.
  • En la actualidad, menos de un tercio de los adultos encuestados (31%) cree que sus opiniones se ven reflejadas en el modo en que sus gobiernos abordan las cuestiones críticas.

Además, la encuesta reveló que los ciudadanos están cansados de esperar el cambio y están dispuestos a llegar a un compromiso para que las cosas sucedan. En ese sentido, el 76% cree que los líderes deberían perseguir cambios de política que permitan un progreso gradual en cuestiones sociales en lugar de esperar cambios radicales que son más difíciles de implementar.  

Finalmente, el estudio muestra que las personas ven a las empresas y a los líderes empresariales como impulsores del cambio, y alrededor del 85 % de los encuestados cree que el trabajo conjunto entre ciudadanos y empresas tendrá un impacto significativo, mientras que 77% ve con buenos ojos que las compañías se involucren en la resolución de los problemas principales.

Gregoire Verdeaux dijo que “en países de todo el mundo, los ciudadanos están cansados de las trabas en la elaboración de políticas y están deseosos de un cambio constructivo. En el ámbito de la reducción del daño del tabaco, PMI aboga desde hace tiempo por un enfoque sensato que dé prioridad a los intereses de los fumadores adultos actuales y a la salud pública”, y añadió que “si se mantienen debates equilibrados e inclusivos sobre la ciencia que hay detrás de las mejores alternativas y se adopta un enfoque más centrado en las personas, podemos acelerar el fin de los cigarrillos. Más de mil millones de personas siguen fumando. Debemos -y podemos- hacerlo mejor, y eso comienza con un diálogo abierto y basado en hechos”.